En la revista nº1494 (diciembre 2024) publicamos la última «Tesela» de las que hemos ido publicando en números anteriores. Son ya muchos años en los que el P. Ángel, actualmente en la comunidad del colegio P. Manyanet de Alcobendas (Madrid) ha colaborado en nuestra revista desde los años 80.
Sus temas y reflexiones han girado siempre alrededor de la familia, sujeto principal de nuestro carisma y apostolado y han estado siempre caracterizados por un lenguaje cercano, experiencias que, partiendo siempre de la realidad de los matrimonios, les ofrece una propuesta clara de sentido y de felicidad. No podría hacerlo así si él mismo, desde su ministerio sacerdotal y servicio religioso, no hubiera dedicado su vida al acompañamiento de las familias tanto en la escuela, particularmente el «Proyecto Escuela Familia», liderado junto a la profesora M. Aurora Santiago, colaboradora también en su día de nuestra revista.
Como en movimientos eclesiales, particularmente Encuentro Matrimonial, en el que ha tenido importantes responsabilidades de liderazgo tanto a nivel español como europeo. Ha llegado el momento de permitir el paso de otros colaboradores en los próximos números de la revista, por ello queremos agradecerle sus colaboraciones con una sencilla entrevista que nos sirve también para la presentación del último libro que ha publicado. Antes que nada, P. Ángel, gracias por todas las colaboraciones realizadas en nuestra revista «La Sagrada Familia», desde hace ya muchos años.
¿Cómo se siente en su actual etapa de la vida?
Serenamente tranquilo. Esperando que se haga de noche para ver la LUZ en el cielo, junto a Jesús, María y José. Sin prisas. Afrontando los achaques con agradecimiento a los hermanos de comunidad, y a los médicos que los vigilan y cuidan. Básicamente, con los límites propios de la edad, estoy bien en lo físico y en lo espiritual. Acaba de publicar un nuevo libro titulado «Somos relación. Buscando lo que nos identifica mejor como personas», editado por PPC.
¿Puede explicarnos lo que ha significado para usted este nuevo libro?
Ha supuesto un desafío desde la «obediencia» a algunos colaboradores y lectores que me siguen. Ellos lo han querido; han seguido, revisado y cuidado el «parto» de este niño que no siempre estaba bien encajado para nacer.

¿Cuáles son los contenidos del mismo y a quienes está dirigido particularmente?
Hay cuatro partes en el libro. La segunda y tercera contiene la «literatura» de cursos de formación. La cuarta son los pódcast con el título de «teselas de familia» publicadas en esta revista. La primera parte es la que da sentido al título del libro «Somos relación». Dirigido, por tanto, a matrimonios «que quieren más», que quieren subir un peldaño más en su relación. Por supuesto, ofrecido a toda pareja inquieta por un estilo de vida «cansado».
¿Qué ha supuesto en lo concreto?
Hemos venido observando que hay parejas que no toleran la imperfección. Se les ha formado para mejorar aspectos vitales, como el diálogo, la escucha, la afectividad, la espiritualidad, la gestión de conflictos, el perdón, etc. Pero, a pesar de los esfuerzos por mantenerse vivos, llega la desilusión. Han vuelto a recaer en cosas superadas. Y abandonan; «siempre igual», «no tenemos remedio». Se dan por perdidos. Olvidan que la relación convive con la imperfección.
Olvidan que lo importante no Un «diálogo cordial» con el P. Ángel es tanto la caída en un área de la vida matrimonial, sino en la calidad de la relación que mantienen. Se puede caer, se puede tener la sensación de volver a «subir la montaña». Lo importante es fijarse en la relación. Podemos estar tristes en un momento dado, pero no rotos. Es la relación la que debe ser esta ble, madura, sólida, segura, equilibrada. Admitir el fallo, pero no la derrota. Todos somos imperfectos. Somos relación humana, no celestial. La relación nos enamora y nos salva. Experiencias modernas hechas en colectivos humanos determinan que el bienestar emocional es índice de mayor felicidad y de mejor salud corporal.
¿Por qué el diálogo es fundamental en la relación y necesita «ser cuidado»?
Porque es uno de los cuidados más importantes en el proyecto de vida que hace toda pareja cuan do se casa o se une en convivencia civil. Porque está demostrado que sin diálogo la pareja se rompe. Leía hace unos días que la «plenitud de la realización humana es una diferenciación en la relación. Una diferenciación que conduce a la reciprocidad y no a la oposición». Ni al abandono por una parte. Sin anclarse en roles. Unicidad en las diferencias. La sociedad «desvinculada» es una realidad que vivimos cada día más en diferentes ámbitos relacionales.
¿Qué alternativas podemos ofrecer, como familia, escuela, Iglesia… ante esta realidad que es destructiva de los lazos que nos unen?
Desatar esos lazos y atarnos al amor maduro y responsable. Nadar a contracorriente. Confrontar el individualismo con la relación. Afianzar nuestros colegios en la cultura del corazón. Ya hacemos bien. La propuesta del padre Manyanet es bien actual en todo el mundo.
Debemos proseguir en el legado de nuestro fundador. Tendremos que estar muy atentos a propuestas educativas cuyas tendencias pedagógicas van a ir por lo fácil, por lo divertido, donde haya cada vez menos barreras que impliquen esfuerzo y superación. En nuestras familias, presentar el amor como un compromiso de larga duración. Presentar a los jóvenes esta realidad. Hoy va ganando terreno el egoísmo. La estabilidad, la fidelidad, no son valores atractivos. Esta perspectiva es lo que me lleva a reflexionar sobre la grandeza de la relación en el matrimonio. Olvidar esto es entregarnos al individualismo reinante. La calidad de relación es lo que hace diferente la vida de familia. La relación es cimien to sobre el que se basa el proyecto familiar. Habrá que luchar contra ideologías de género y relaciones de usar y tirar. En nuestra iglesia, huir de todo paternalismo y clericalismo. Vivir confiando en todo el pueblo de Dios: cardenales, obispos, párrocos y vicarios parroquiales. Formar a los laicos y dejar que ellos vivan su misión sacerdotal. La familia ha sido y sigue siendo el centro de su actividad evangelizadora, a través del acompañamiento de grupos, matrimonios… La educación responde también a nuestro carisma como religiosos Hijos de la Sagrada Familia.
¿Cuál es, para usted, la aportación más importante que puede hacer la familia en el contexto social, religioso y cultural de nues tros días?
Vincularse responsablemente a un proyecto vital de valores humanos y religiosos. No se puede edificar sin proyecto. Comprender lo que significa: ser Iglesia en miniatura. Vivir la fe en Cristo Jesús en lo ordinario de la vida. La Sagrada Familia vivió la encarnación no solo en un momento determinado, sino toda la vida. Desde la Anunciación a la cruz. Cada familia puede encontrar en su vida un Nazaret que la inspire y la ayude en su proyecto humano y religioso. ¿Cuál es su «sueño» para la Iglesia y la Congregación? Una Iglesia familia y una Congregación familia con más visibilidad y presencia en el mundo. Una Iglesia hogar donde todos encuentren acogida y respeto, y una Congregación donde vivamos esa fraternidad que señala a Nazaret como modelo. Gracias P. Ángel y que el Señor siga bendiciendo su ministerio.
J.D.A